Buenas voluntades, aunque, al menos de momento, escasos resultados. Al mismo tiempo, se constatan también las diferentes percepciones de la situación de crisis en un sector que afronta una de las vendimias más difíciles de los últimos años. Mientras la rama comercial sostiene que la situación es coyuntural y que el negocio de la uva y el vino es a largo plazo, las organizaciones agrarias piensan en problemas estructurales después de los resultados de precios de la cosecha pasada y de las perspectivas de ésta.
La Junta Directiva de la Interprofesional se citó de nuevo el día 22 para seguir analizando los temas de los contratos tipo y de los costos de producción, dos de los puntos recogidos en el acuerdo del pasado mes de marzo, cuyo objetivo principal era dotar de una mayor transparencia al mercado del vino. Tal y como informó ayer este diario, Asaja y el Grupo Rioja presentaron sus modelos para regular las operaciones de compra venta de uva que, en realidad, no difieren demasiado.
El quid de la cuestión está en cómo conseguir que los operadores tengan la obligación de depositar los contratos en la propia Interprofesional para constituir un Observatorio de Precios con información fidedigna sobre las operaciones reales con el fin de aclarar un mercado hoy totalmente opaco: «No sabemos si es legal o no obligar al depósito, pero, si no lo es, habría que ligar los incentivos de las administraciones a la presentación de estos contratos», explica Luis Alberto Lecea, vocal de Asaja.
Dicha organización aportó también ayer un estudio de costes de producción, que sitúa en 0,73 céntimos el kilo de uva tinta este año, con el 10% menos de rendimiento amparado, y en 85 céntimos para el caso de vino transformado: «Nadie ha podido discutir su veracidad -indica Lecea- y lo que se ha hecho es pedir a las comunidades autónomas que aporten estudios propios para tratar de acercarnos, ya que unos sostienen que son 50 céntimos y otros, como nosotros, que está por encima de los 70». Lecea explica las sensaciones: «La situación es difícil, la vendimia no tiene buenas perspectivas, pero al menos en esta reunión se ha avanzado en puntos que, si bien no resuelven el gran problema, al menos nos permitirán conocer cómo son las cosas».
La asunción de un estudio de costos por la Interprofesional, en cualquier caso, no garantizaría demasiado, ya que, con la legislación actual de competencia, sigue siendo imposible cualquier tipo de garantía formal en este sentido.
No obstante, Eusebio Fernández, vocal de UPA, propuso que el estudio se amplíe a toda la cadena productiva: «Nosotros tenemos dudas de si el sistema en su conjunto es rentable y convendría saber si se está quebrando en algún lado». En este sentido, Fernández propone estudiar los costos del cultivo, pero también de elaboración, embotellado e incluso de puesta en el mercado de los vinos: «Así sabremos sí es sostenible el sistema actual y veremos si la parte comercial está ajustándose como nos están exigiendo a nosotros».
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