domingo, 3 de octubre de 2010

«No hay zonas malas o buenas de vino hay en cambio mejores o peores elaboradores»


Vins del Comtat es una marca intregrada en la denominación de origen Alicante desde 2006 que sorprende a los mejores catadores y a propios y extraños. El responsable de la bodega es David Carbonell Cortés (Alcoy, cosecha de 1979) que lleva desde hace 14 años en contacto con las vides y los vinos, pese a que se formó como sociólogo. Los vinos de esta pequeña empresa que fundó su padre, Ovidio, en 1996, después de una vida dedicada a la instalación de bodegas con la maquinaria que fabricaba la empresa para que trabajaba. Alcoy, hasta finales de los años setenta, fue un importante centro metalúrgico del país, preferentemente dedicado a la construcción de maquinaria para la elaboración de vino y aceite. Según David Carbonell, ello demuestra la fuerte implantación de la actividad vitivinícola en las comarcas de l'Alcoià y El Comtat. En Cocentaina llegaron ha producirse hasta 25 millones de litros a principios del siglo pasado.
Los caldos de Vins del Comtat mas premiados son Dulce Cristal.lí (medalla de oro 2006 en Burdeos), elaborado con moscatel de Alejandría; Peña Cadiella, un tinto con las variedades de Merlot, cabernet-sauvignon, monastrel, tempranillo y giró, procedentes de pequeñas explotaciones de la Montaña alicantina, que fue calificado con 87 puntos por el prestigioso crítico Robert Parker; Montcabrer puede ser la estrella de la bodega , elaborado integramente con cabernet-sauvignon. La bodega produce unas 160.000 botellas al año, el 60% tintos y el resto blancos. Vins del Comtat tiene cinco empleados.
David Carbonell es un estudioso del vino, de su historia y de su futuro; un antroplólogo con criterio. En su opinión, «no hay zonas buenas o malas de vinos, hay mejores y peores elaboradores», porque ya se hace buen vino en cualquier parte. Vins del Comtat dispone de tecnología de última generación existente para transformar las uvas alicantinas en vinos de alta gama. La bodega está instalada en La Alcudia, en el término municipal de Concentaina. Las uvas, mostos y vinos son sometidos a estrictos controles de sanidad y calidad sin perder las técnicas artesanales propias de una bodega pequeña provista . depósitos de fermentación en acero inoxidable con capacidades de 1000 hasta 10000 litros. La fábrica almacena 200 barricas de roble americano, francés y húngaro de alta calidad en constante renovación..
«Las viñas viejas, las nuevas plantaciones, los terrenos pobres y las bajas producciones nos premian con unas uvas perfectamente maduradas por el sol mediterráneo. Nuestros tintos criados en barricas de roble francés y americano están repletos de color, estructura y aromas frutales», es la frase que utiliza David como información en su página web, como reflejo del pleno respeto de este bodeguero al medio ambiente, a la ecología.
La evolución ha sido constante desde 1996 cuando dos familias aprovecharon máquinas en desuso para sacar las primeras botellas de vino. David Carbonell Cortés es consciente de lo que han aprendido y de los esfuerzos de su familia en un negocio que ya es rentable y que cuenta con varios socios. «Al principio nos costó una barbaridad vender el vino; fue muy complicado porque había mucha riojitis».
-¿Cómo se le ocurrió a su familia dedicarse al vino en una zona sin bodegas ni vides?
-Alcoy tenía una potente industria de fabricación de maquinaria vinícola. Y sí había viñedos en la comarca, pues lógicamente había una tradición agraria y, evidentemente, se hacía vino y aceite, en grandes cantidades años atrás. Mi padre trabajaba desde los 16 años en una empresa que se llamaba Aznar, Rodes y Albero, dedicada a la fabricación de maquinaria vitivinícola en el departamento comercial y llegó a ser gerente. Montó bodegas por todo el país y en América.
-¿Satisfecho con ser bodeguero pese a estudiado Sociología?
-Estoy muy contento de dedicarme al vino porque conoces a mucha gente, te mueves por la vida. Creo que lo más complicado es producir hoy el vino para venderlo cuatro años más tarde, que nunca se sabe cómo será del todo. Trabajo en la bodega desde hace catorce años, era un chaval, pero ahí estaba. Me impresionó la cultura del vino, porque cuando empezamos a trabajar con él toda la familia se sintió heredera de la tradición.
-¿Cuándo debutaron?
-La primera cosecha fue en 1996. La mayoría del viñedo era de la comarca de L'Alcoia-El Comtat; el moscatel lo traíamos de La Marina Alta. No estábamos en la denominación de origen de vinos de Alicante, porque nuestra comarca no estaba integrada. Empezamos casi en broma a hacer vino con la maquinaria que mi padre había conseguido junto a una familia de Cocentaina, en la zona de L'Alcudia. Cuando diseñamos la bodega instalamos depósitos pequeños para separa la uva según su procedencia, ya que esta zona carece de grandes extensiones de cultivo y todos son minifundios. Así puedes hacer mejor vino porque no mezclas la fruta.
-¿Cómo se encontraban los viñedos en una comarca que casi había abandonado la agricultura?
-Había viña en la zona, pero estaba denigrada. Y ninguna cooperativa de la zona, ni siquiera la de Beniarrés, elaboraba vino. Era como una central de compras para vender el producto a poblaciones valencianas. El problema que tenemos en Alicante es que las extensiones de cultivo son muy pequeñas y la tierra muy pobre. Una viña de La Mancha puede producir hasta quince kilos de uva, mientras que las de aquí apenas superan los tres kilogramos. Pero el clima nos permite elaborar buenos vinos tintos, aunque tenemos más problemas con los blancos. De echo en Alicante se instalaron familias francesas comerciantes de vino , como Maissonnave o Lamanier, una vez que las vides francesas se vieron fuertemente afectadas por la filoxera. Tengo una fotografía en la que se aprecia toda la Explanada llena de barriles de vino antes de ser embarcados.
-¿Ha sido Alicante tierra de vinos?
-La tradición bodeguera de estas comarcas es impresionante, sólo en las bodegas de Cocentaina se elaboraban 25 millones de litros a principios del siglo pasado. La tierra se preparaba para plantar olivos en la parte más alta y viñas en la más baja, como giró, la garnacha y monastrell. Alicante vive ahora un tiempo de transición de lo que era una producción de venta de vino a granel, a una provincia embotelladora. Ahora en la provincia hay más de treinta elaboradores. Hace treinta años no había barricas en la provincia de Alicante. A finales del siglo XIX, la base de la economía alicantina era el vino.
-Una apuesta por la calidad.
-Nosotros apostamos por elaborar vino de calidad con la uva madura, el líquido meterlo en barrica el tiempo necesario, entre seis y catorce meses, aunque es fundamental el tiempo del vino en la botella. La bodega más antigua de Europa está en Dénia. Tiene 2.500 años y está en el l'Alt de Benimaquià. También se han encontrados pepitas de uva de más de 7.000 años de antigüedad en una cueva. El vino es casi anterior a la cultura. En estas tierras alicantinas siempre se ha elaborado vino, en tiempos de los romanos, de los cristianos y en la islamista, pero esta última época se trasformó la elaboración del vino por la de la pasa. Los árabes crearon una industria. Tengo documentos de un moro que vivía en Xàtiva en los que afirmaba que se emborrachaba con vino.
-Una manera de recuperar la tradición y el nombre de la tierra.
-Sí, fuimos los primeros, pero ahora ya somos cinco bodegas en la comarca de la Montaña. En 2006 conseguimos formar parte de la de la denominación de origen Alicante, cosa que nos ayuda en las misiones comerciales.
-¿Cuántas botellas de vino sacan al mercado?
-Cerca de 160.000 año, el 60 por ciento de vino tinto y el resto de blancos y dulces. Al principio lo distribuíamos nosotros pero después las grandes distribuidoras llamaron a nuestra puerta.
-¿Cómo va la exportación?
-La venta a otros países supone en torno al 20 por ciento de la producción, especialmente a China.
-¿Les gusta el vino a los chinos?
-No creo que mucho, pero les gusta al menos pagar por él.
-¿Cómo consiguen la fruta?
-Casi siempre de pequeñas explotaciones, de minifundios. Algunos son propiedad de la bodega y otros no pero que controlamos desde la poda al tiempo de la vendimia, que es fundamental.
-¿Es un negocio rentable?
-Es complicado. Tenemos cuatro cosechas; ahora se puede beber el Montcabrer de 2005, tenemos guardadas las elaboradas hasta 2009 y ahora estamos trabajando el vino de 2010. Es, por tanto, un negocio que tiene que ir poco a poco. Nuestra bodega ya es rentable.
-¿Debió ser difícil comercializar vino de Alicante de calidad?
-Al principio nos costó una barbaridad. Fue muy complicado porque había mucha riojitis. La bodega fue mejorando y los vinos de Alicante empezaron a crecer.
-¿Cuál es el secreto del buen vino?
-La viña. Ahí está todo. Los expertos aseguran que el 80 pon ciento del éxito de un vino está en la viña. Y, sobre todo saber el vino que quieres hacer. Pero tiene que haber mucho equilibrio. Nosotros podemos encontrarnos en la bodega con veinte vinos distintos.
-¿Entonces no hay ningún truco?
-No. Los productores somos muy diáfanos. En este oficio ocurre como en la cocina, que tampoco hay truco. Hay que ir probando lo que elaborar para no encontrarte con desagradables sorpresas. El vino tiene muchas variables y diversas maneras de hacerlo. Pero es necesario aplicar criterios de calidad desde la planta al embotellado. Nosotros, además, por ese motivo podemos pagar más por la uva y conseguir una agricultura más sostenible.
-¿Cuál es el vino que mejor le ha salido?
-Creo que el Cristal.lí del año pasado era casi perfecto. Y el Montcabrer de 2004, también.
-¿Qué vino tomaría usted para celebrar algo importante?
-Varios, aunque creo que apostaría por el Cristal.lí, que elaboramos con moscatel de Alejandría.
-¿Cómo valora el vino español?
-Creo que hacemos grandes vinos y en casi todas las zonas del país, no sólo en la Ribera del Duero o la Rioja. Se hacen magníficos caldos en Alicante, en Catalunya, en Jumilla, en Albacete, en Aragón. Ello obliga a las personas a consumir preferentemente los vinos de cada zona. Creo que no hay buenas o malas zonas de vino, lo que hay es mejores o peores elaboradores.
-¿Cuántas personas trabajan en Vins del Comtat?
-Somos cinco en total, aparte de los agricultores, claro.
-¿Sólo cinco personas para fabricar 160.000 botellas cada año?
-Puede haber algún empleado eventual en tiempo de vendimia, pero somos cinco para elaborar el vino, luego están los agricultores, claro. Llega la uva en cajas de veinte kilos. El vino y el aceite son productos que en todas las revistas de análisis económico dicen que son rentables, porque no son extensivas en mano de obra. La maquina para hacer vino se traga 2.000 kilos cada hora, la embotelladora, 1.500 botellas a la hora.
-¿Será buena la cosecha de 2010?
-Un año en el que llueve muchísimo a principios de septiembre es bueno para la variedad merlo, por ejemplo. Siempre que llueve en tiempo de vendimia la fruta peor.
-¿Qué opina de los críticos gastronómicos?
-Algunos se comportan como los de cine, pero en lugar de criticar a una superproductora cinematográfica cuestionan el trabajo de una familia que vive de su trabajo, que igual cuando llega el crítico tiene un mal día.

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