lunes, 4 de octubre de 2010

Para Patricio Tapia ninguna guía de vinos tiene la última palabra


El catador asegura que el gusto del autor del texto no siempre es el mismo del que lo consume.



Por estos días ando 'de cabeza' en la Descorchados, una guía de vinos que publico desde 1999. Y lo que en apariencia puede parecer un trabajo ideal (ir por el mundo probando vinos y comiendo cosas ricas) se convierte en un verdadero esfuerzo físico, un trabajo de obrero.

En las últimas dos semanas y media he tenido que probar unos novecientos vinos chilenos, mañana y tarde, con descansos para el almuerzo y luego... sigamos probando.

Se trata de una oportunidad única de echarle un vistazo al panorama de los vinos de mi país.

Casi nada queda fuera. Pero por otro lado, sin embargo, es una actividad algo absurda, si me permiten la autocrítica.

Probar series tras series de blancos y de tintos, echarse un sorbo a la boca, darlo vueltas como si se tratara de líquido para las encías y luego escupirlo en un recipiente lleno de vino escupido debe ser la situación más opuesta al verdadero momento del vino que, como ya lo saben, está en la mesa, junto a la comida y a los amigos: pasando un buen rato.

Pero el punto es que no se ha creado otra forma de evaluar vinos, sobre todo cuando se trata de cantidades importantes como las que evaluamos en Descorchados. Claro que eso no evita que uno sueñe mientras cata.

"Qué bien quedaría este tinto con un bife de chorizo" "Qué rico sería beberse este sauvignon con un sashimi de corvina". Y además, no evita que en el papel queden opiniones sobre lo que se prueba, las mismas que -eso espero yo- les sirvan a los consumidores a la hora de comprar, frente a la estantería en el supermercado. Es el fin de toda guía: orientar.

Reflejo de un gusto

El punto, sin embargo, es la validez que tienen estas guías de vinos. Descontando que se trata de gente honesta que pone sus opiniones más sinceras sobre un vino, el asunto siempre está contaminado -para bien o para mal- de subjetividad.

Como nadie tiene la verdad en esto del vino y lo que me gusta a mí puede que no les guste a ustedes.

Por eso en la Descorchados yo les advierto a mis lectores que los vinos que allí recomiendo corresponden a lo que yo entiendo por calidad. Y como la guía lleva ya varios años apareciendo, los lectores saben a lo que van cuando les recomiendo un vino.

De la misma manera, muchos lectores que tuve en un comienzo, pues ya no los tengo porque se dieron cuenta de que mi noción de calidad no tiene nada que ver con la de ellos. Son gajes del oficio.

Así es que tengan en cuenta cuando busquen orientación, ya sea en revistas o en guías de vinos.

Hay que darles una oportunidad, por cierto; pero si uno se de da cuenta de que el gusto del autor no tiene nada que ver con el propio, lo mejor es tomar el camino más largo, pero el más entretenido: probar y probar hasta hacerse uno mismo la idea de lo que nos gusta.

Es, más o menos, lo que hago yo todos los años. Mi pequeño trabajo de obrero del vino.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo pienso lo mismo. Al final lo importante es que te guste o no y que te acompañe durante la comida potenciando los distintos sabores

Publicar un comentario

 
Copyright © .
Convert By NewBloggerTemplates Wordpress by WpThemesCreator